Ven a disfrutar de nuestra cocina Restaurantes

JORNADA GASTROKULTUR

Innovación

¿Cómo imaginas una Donostia sostenible?  ¿Nos ayudas a construir ese futuro?

LABe Restaurant acoge una jornada abierta a la ciudadanía orientada a encontrar soluciones a los retos relacionados con la sostenibilidad y la identidad gastronómica en la comunidad agroalimentaria de Donostia-San Sebastián. 

Una sesión para compartir, analizar y reflexionar entorno los retos, oportunidades, innovaciones y soluciones vinculadas al sector gastronómico de la ciudad, realizada en el marco del proyecto BUILDING A GREEN GASTRONOMIC CITY liderado por BCC Innovation y financiado por EIT Food y  EIT Community. 

¡Únete a una mesa redonda para aportar tus preguntas y tu visión sobre el actual sistema alimentario, y disfruta de una experiencia gastronómica única en la sala inmersiva de 360º de LABe Restaurant!
Un viaje gastronómico a través de los 5 sentidos donde te trasladaremos la visión sobre el pintxo de temporada y local, que estará disponible tan solo para las 30 primeras personas interesadas en participar en esta iniciativa.

FECHA: 21 DE NOVIEMBRE
HORARIO:  de 16:15  a 19:30
LUGAR: LABe Restaurant

(jornada gratuita abierta al público)

PROGRAMA
16:15 MESA REDONDA

Ponentes procedentes de distintos ámbitos del sector participarán dado su visión sobre el sistema alimentario para compartir con la ciudadanía la situación desde diversos puntos de vista:
- Gabriela Puntes (Aho-mihi) - CHEF
- Iñaki Alberdi (Oribay Tours) - PESCADOR / DIVULGADOR
- Aitor San Francisco (Bilibin Circular) - EXPERTO EN SOSTENIBILIDAD
- Hur Astarbe (Sidrería Astarbe) CHEF / PRODUCTOR
- Inma Batalla (BC3) - INVESTIGADORA
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18:30 EXPERIENCIA INMERSIVA: La temporalidad en otoño.
En la sala 360º de LABe Restaurant se ha diseñado una experiencia gastronómica en la que se quiere trasladar, a través de una experiencia inmersiva, la importancia de aprovechar los productos de temporada tan arraigados a la cultura gastronómica vasca.

¡No te lo pierdas!


Las personas que lo deseen también podrán seguir el evento a través de ZOOM.

Esta jornada, forma parte del proyecto “Building a Green Gastronomic City” y cuenta con el apoyo de EIT Food y EIT Community.  A lo largo de  varios meses, investigadores de BCC Innovation han trabajado en LABe Digital Gastronomy Lab de la mano de diferentes grupos de ciudadanos, proveedores, productores y expertos, en desgranar los retos y soluciones de nuestro sistema alimentario.

Si eres de Donostia o alrededores puedes unirte a nuestros grupos de discusión escribiéndonos aquí.

Resumen y Vídeo del webinar: Vanguardia culinaria en el desarrollo de nuevos productos

Innovación

La mesa redonda que celebramos online el pasado viernes 22 de octubre de 2021 formada por Begoña Rodríguez Romera, directora de BCC Innovation, Beatriz Jacoste Lozano, directora de KM ZERO Food Innovation Hub, Sara López Arranz, marketing manager de  Cinco Jotas y John Regefalk, coordinador de innovación culinaria BCC Innovation, se enfocó en desarrollar un debate sobre cómo el conocimiento y experiencia en vanguardia culinaria tiene un impacto diferencial en el desarrollo de nuevos productos en la industria alimentaria y qué factores se deben tener en cuenta en este proceso. 

Las características que más destacaron los ponentes fueron salud, sostenibilidad, vanguardia y transformación digital, factores clave que conforman los principales ejes de acción BCC Innovation. Durante el diálogo escuchamos repetidamente conceptos como “producto de calidad”, “envases sostenibles”, “desarrollo de nuevas tecnologías”, como inputs premisas primordiales en el desarrollo de nuevos productos. Asimismo, hubo consenso en que la clase está en dar respuesta a las necesidades personalizadas que se generan hoy en día en la sociedad, teniendo siempre en cuenta la salud y los valores de los consumidores:

https://youtu.be/q4fWd7bAH30?t=295
Video completo de la conversación

Beatriz Jacoste de KM ZERO afirmaba que “la creación de un nuevo producto es muy arriesgada y la inteligencia artificial nos ayudará a crear datos cuantitativos de los consumos y nuevas tendencias, con las cuales se conseguiría desarrollar ideas basadas en datos reales. Desde esa perspectiva, el desarrollo de nuevas tecnologías podría generar un avance en la creación de productos, ya que se partiría de datos reales totalmente aplicables a la población, haciendo así que en la formación de nuevos productos no genere tantas pérdidas en productos fallidos. Asimismo, puntualizó que “la principal problemática se genera en torno a la poca capacidad de obtener datos que había hasta ahora. Sin embargo, la innovación generada en análisis de tendencias , ayuda a la industria a producir datos reales respecto a sus productos y así poder hacer un buen análisis de sus clientes y mercado. Eso también ayuda a la obtención de tendencias en sus consumidores haciendo así que nuevos productos tomen lugar en el mercado”.

John Regefalk de BCC Innovation, comenzó argumentando que esos datos realmente son respuesta de los valores de los consumidores y conocer el mercado es la clave para nuevos desarrollos de productos. De igual forma, destacó que, además de estos datos, gracias a los chefs en ocasiones se llega a tener ese otro punto de vista adicional y valioso para desarrollar nuevas ideas.  “Para nosotros en BCC Innovation es evidente que los chefs suponen un gran input para la ideación de nuevos productos y su posterior desarrollo, debido a que hoy en día la visión externa hace que se cree un valor añadido por a su mayor cercanía con las preferencias del consumidor final respecto a la industria alimentaria”. 

También se puso sobre la mesa el valor de la sostenibilidad en la industria gastronómica y desde KM 0, Beatriz mostró una idea clara y de vista a futuro tenemos que trabajar en que la comida tiene que ser nutritiva y crear un impacto positivo en el medio ambiente, necesitamos ser más resilientes.” Mediante este speech género una idea clara, la necesidad de innovar en la sostenibilidad para así lograr mejores ambientes a futuros proyectos, además de la importancia de que los productos sigan siendo realmente nutritivos.  Se ensalzó también la importancia de mejorar los métodos de fabricación y de envases para no generar tanto residuo, y así ayudar al medio ambiente a su mejora. 

Sara de 5 Jotas confirmó la idea de Beatriz y puntualizó la importancia de partir de materia prima de calidad para crear productos increíbles como el Jamón 5 Jotas, y compartió la idea de que “siempre debemos partir de materia prima de calidad, buscar nuevos formatos y nuevas experiencias, y que la sostenibilidad parta del desarrollo tecnológico del mismo.” En resumidas cuentas, trasladó que tenemos que tener en cuenta la sostenibilidad del proyecto desde el punto de vista de innovación, y gracias al análisis de datos y buenas materias primas se pueden generar grandes productos de necesidad para la población.

Entorno al ámbito de la sostenibilidad, tomó un gran peso en el debate que el hecho de desarrollar productos de forma sostenible desde el primer eslabón hasta el último de la cadena de valor, podemos obtener nuevos ingredientes y técnicas que ayudan a la obtención de productos más cercanos a los valores de los clientes, es decir más sostenible o saludable, especialmente. Con ello, se concluyó con la idea principal de las tres características a tener en cuenta, la innovación, la salud y la sostenibilidad. 

El webinar concluye haciendo énfasis en la gran necesidad de nuevas visiones e innovación abierta en la industria alimentaria para conseguir una innovación realmente basada en la salud y sostenibilidad que nos lleve hacia un futuro donde hayamos resuelto retos como los de la gastronomía personalida.

Participa en el 2º reto EngAgeing

Innovación

¡Participa en la revolución de la nutrición de precisión!

¿Sabías que existe una ciencia que estudia tus características individuales para dar con aquellos alimentos que más benefician a tu salud?

Se llama nutrición de precisión y aporta conocimiento científico basado en los genes de cada persona para ofrecer una intervención nutricional que sea con certeza individualmente beneficiosa.

#EngAgeing, una iniciativa europea financiada por EIT Food y coordinada por IMDEA Alimentación, con la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid y Basque Culinary Center, te invita a resolver el siguiente reto para conocer más sobre esta ciencia, y así conseguir un test genético que te permita descubrir la interacción entre tus genes y los alimentos que consumes.

Aprende a llevar una dieta personalizada y adecuada a tus necesidades para vivir de forma más saludable.

Escanea el siguiente código QR o pincha en el siguiente link para acceder al reto:

https://www.alimentacion.imdea.org/engageing_challenge_2/

Si quieres saber más información sobre el proyecto, puedes consultar en nuestra web.

Hacia una Europa sostenible e inclusiva desde la alimentación

Actualidad Mundo.BCC Sostenibilidad

29-7-2021

Decía Walter Gropius que la buena arquitectura debería ser una proyección de la propia vida, lo que exige un conocimiento íntimo no solo de los problemas técnicos que implica, sino también de los biológicos, sociales y artísticos. Esta visión de la arquitectura como hecho total del fundador de la Bauhaus ha servido de inspiración a la iniciativa New European Bauhaus de la UE, un movimiento creativo e interdisciplinario que persigue mejorar nuestra calidad de vida en el futuro, situándose en la encrucijada entre el arte, la cultura, la inclusión social, la ciencia y la tecnología. Con este fin, la NEB está realizando un llamamiento a ciudadanos y expertos para que lancen propuestas y se esfuercen por imaginar y construir “un futuro sostenible, inclusivo y hermoso para la mente y el alma de todos” y así, a través de la creación colectiva, dar con soluciones innovadoras a los problemas de nuestra sociedad. 

Una de esas propuestas es el documento What Would Gropius Do a Century Later? (¿Qué haría Gropius un siglo después?), promovido por la plataforma vitoriana de desarrollo de proyectos de innovación abierta Conexiones Improbables, con el apoyo del Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco. En él se recoge el resultado de una serie de conversaciones entre expertos en distintas áreas que fueron invitados a lanzar ideas, concretadas finalmente en varios decálogos, para contribuir a alimentar ese ideal europeo hacia el que se quiere caminar.  

Entre sus apartados hay uno dedicado a “Bioeconomía, alimentación y salud”, y en su elaboración ha participado María Mora, investigadora de BCC Innovation especializada en análisis sensorial. El espíritu de hibridación de disciplinas y “polinización cruzada” que mueve este proyecto tiene, en su opinión, mucho que ver con la gastronomía, “porque en ella convergen un montón de áreas de conocimiento, desde la física y la química hasta lo cultural, lo socioeconómico, los procesos de cultivo, distribución y consumo…, y por ende distintos perfiles: científicos, chefs, productores, informáticos, ingenieros, políticos, economistas… Esa hibridación está ya inscrita en el ADN de BCC, y en este sentido estamos en esa misma línea que sigue la New European Bauhaus”.

Entre las preguntas que se le lanzaron de cara a la elaboración de este documento estaba precisamente qué es lo que puede aportar la ciencia sensorial a la construcción de ese modelo sostenible, inclusivo y hermoso de Europa, y su respuesta tiene que ver con los factores que intervienen a la hora de que un consumidor elija uno u otro producto. “La decisión no depende solo de su sabor, de qué forma tiene o de cómo viene presentado, sino que también está relacionada con cómo se comparte, qué recuerdos me trae esa comida, cómo la percibo a nivel sensorial debido a mi genética, mi edad, mi género… Todos estos factores influyen en la toma de decisiones, y entenderlos y pensar en cómo los productos llegan al consumidor puede ser una herramienta potente para concienciar a la ciudadanía sobre los retos del sistema alimentario y así llegar a desarrollar productos y hábitos más sostenibles a largo plazo”.

La New European Bauhaus busca también diseñar el estilo de vida urbano del futuro, que en lo que respecta a la alimentación, según María Mora, no va a tener que ver solo con dónde compramos o comemos nuestra comida, “sino también dónde y cómo producimos nuestros alimentos, porque ahora mismo lo hacemos fuera de la ciudad, pero quizá en el futuro lo hagamos dentro de ella, lo que puede provocar cambios en el diseño urbanístico que lleguen a impactar en nuestra forma de comer y de relacionarnos con nuestros productos”.

Consciente, saludable y hedónico

La participación de María en el documento se concretó en tres propuestas finales desde el punto de vista gastronómico, la primera de las cuales está relacionada con el desarrollo de nuevos productos a partir del aprovechamiento de descartes o desperdicios, “lo que no se refiere a productos en mal estado, sino a toda esa materia que no consumimos porque pensamos que no es comestible o desconocemos cómo hacerlo y que tiene un gran potencial. Se trata de investigar los productos para ver de qué manera se podrían utilizar. Por ejemplo, un restaurante que genera un montón de cáscaras de naranja podría aprovecharlas a través de procesos fermentativos. Esta es una de las líneas en las que trabajamos. La propia industria también lo ha hecho, como en el caso del turrón, que tras las navidades se transforma en helado para utilizar el excedente y darle una segunda vida”.

Otra de las ideas está relacionada con la apertura de espacios y plataformas en torno a la comida para crear comunidades más resilientes en las que a través de una comunicación, por ejemplo, intergeneracional, se comparta y se conserve un conocimiento y unas formas de hacer que de otro modo podrían perderse para siempre. La comunicación fue precisamente el centro de la tercera propuesta, por la importancia que tiene la concienciación de los ciudadanos en cuestiones de sostenibilidad en la alimentación, lo que puede convertirse en una herramienta para influir en los productores y transformar sus modelos de producción. “Si queremos generar consciencia y comunidades más sostenibles necesitamos estrategias de comunicación para llegar al usuario final, que actualmente tiene acceso a una gran cantidad de información, pero esta no siempre es de calidad”. 

María no se atreve a pronosticar cuál será el aspecto de nuestras ciudades y hasta qué punto cambiarán nuestros hábitos de consumo y alimentación en los próximos cincuenta años, pero, decantándose por la utopía más que por la distopía, apunta que el camino a seguir es “ser más sostenibles, cultivar solo lo necesario, reduciendo todo ese excedente que no consumimos y por lo tanto las desigualdades que se dan ya no solo a nivel mundial, sino dentro de cada ciudad. Creo que esa será la tendencia, siempre teniendo en cuenta lo hedónico y lo saludable, un binomio que va a estar cada vez más presente. Hasta hace poco parecía que salud y placer iban por caminos distintos o que incluso eran extremos opuestos, pero hoy con la relevancia de la gastronomía a nivel social y su presencia en los medios, la gente se está dando cuenta de que algo saludable también puede estar rico. Todo está conectado, y si comemos algo rico, saludable y lo compartimos con nuestros amigos, todo ello va a redundar en una sociedad con un mayor bienestar e incluso una mejor salud mental”.

El decálogo de este apartado del documento recoge también entre otras cuestiones la digitalización y el desarrollo del “internet de las cosas” para conseguir, por ejemplo, una agricultura de precisión, la apertura al arte y la creatividad en todas las áreas o el potencial de la agricultura y la producción de alimentos como maneras de atraer al turismo a través de visitas y participación en sus procesos. También hace hincapié en la importancia de proporcionar inversiones e incentivos para facilitar la transición hacia prácticas sostenibles y reducir el coste de esta adaptación. En el fondo, este es uno de los objetivos de la New European Bauhaus, aportar apoyo financiero a ideas y proyectos innovadores a través de convocatorias de propuestas específicas que se irán materializando en el futuro. Y todo ello, tal como se afirma desde la propia NEB, para “mejorar la calidad de nuestra experiencia vital, insistiendo en el valor de la sencillez, la funcionalidad y la circularidad de los materiales, sin que ello vaya en detrimento de la comodidad y el atractivo necesarios en nuestra vida cotidiana”.

El reto de dar voz a actores invisibles y desoídos

Claves Experto Actualidad Mundo.BCC

28-7-2011

Diversidad, equidad y visibilidad fueron algunas de las palabras clave que marcaron el devenir de la segunda sesión de la Jornada de Comunicación organizada por Basque Culinary Center a propósito del Máster en Comunicación y Periodismo Gastronómico, que comienza en septiembre. En ella tomaron parte las periodistas Sasha Correa, coordinadora de Diálogos de Cocina y editora de Gastronomía 360º, María de Michelis, directora de la revista digital soloporgusto.com `y corresponsal de Gastroactitud, y Lakshmi Aguirre, colaboradora de Condé Nast Traveler, El Comidista y Bon Viveur. Las tres compartieron sus puntos de vista acerca de cómo la propia evolución de la sociedad está haciendo que necesariamente tenga que abrirse el abanico de asuntos tratados por los comunicadores gastronómicos y que el foco ya no se sitúe solo sobre los grandes nombres de la cocina, generalmente hombres, sino también en sus colegas mujeres y en todas las realidades y actores que componen el complejo universo de la gastronomía.

Sasha Correa puso sobre la mesa el tema de cómo la irrupción de movimientos como Me Too y Black Lives Matter han contribuido en los últimos años a que los periodistas de este sector se diesen cuenta de que tal vez no se estaba dedicando el suficiente espacio a determinadas personas y asuntos. En opinión de María de Michelis, este es un gran desafío “porque en este momento las estructuras arcaicas de la gastronomía, más bien castrenses, verticales y patriarcales, están en el punto de mira”.

Lakshmi Aguirre abogó por aprovechar este impulso para poner de manifiesto cuestiones como el talento femenino, “que no es que no existiera, sino que no se ha hablado de ello porque no se ha querido visibilizar. Creo que hacen falta más mujeres que hablen de mujeres. Ya hay artículos, investigaciones, columnas y publicaciones firmadas por mujeres y gracias a ellas yo me he atrevido a escribir”.

Sasha Correa confesó que cuando se junta con cocineros hombres les suele lanzar el reto de que citen los nombres de diez cocineras, “sin incluir a tu madre ni a tu esposa ni a tu prima. Cocineras de tu mismo nivel. Y bueno… no pasan de cinco. Quiero pensar que no las conocen, que no han ido a sus restaurantes y que ni siquiera saben que existen”. Sin embargo, Correa se mostró optimista de cara al futuro y habló de todos esos comunicadores que trabajan en lugares donde nadie los ve, como congresos o centros educativos, y que son capaces de hacer ver a los equipos con los que colaboran que hay vida más allá de esos diez personajes que habitualmente son invitados a los eventos y que suelen ser solo hombres. 

No solo de alta cocina lee el lector

Para Correa, la diversificación de los contenidos ya no tiene que ver con preocuparse con temas de género y raza, sino también de otras propuestas gastronómicas, más allá de la fascinación que provoca la vanguardia y la alta cocina. “Parte del reto es contribuir a visibilizar que hay una nueva generación de talentos que no por joven es menos interesante y dignificar otro tipo de discursos más urbanos, más callejeros, que no son menos relevantes que el de un tres estrellas”.

En opinión de Lakshmi Aguirre, nos encontramos en un momento de transición desde un tipo de periodismo gastronómico a otro, con una nueva hornada de escritores que no puede seguir hablando de lo mismo que estaban hablando hace veinte años los periodistas de ese momento. “Qué voy a contar yo de un tres estrellas que no hayan contado ya cientos de periodistas que, por las condiciones laborales que tenían, han podido probar muchas más cocinas. Yo he leído sobre alta restauración mucho más de lo que he visitado sus restaurantes, porque tengo que sacrificar mucho para ir a un Mugaritz, lo que no quiere decir que esto no sea importante. Todo se puede combinar y hay lectores para las dos facetas”. Aguirre citó medios norteamericanos que han ido marcando caminos alternativos a seguir, como Lucky Peach, Mother  Jones o Civil Eats, que abordan el hecho gastronómico desde perspectivas identitarias y reivindicativas, desviando el centro de atención más allá de los grandes restaurantes.

En este sentido, Sasha Correa señaló que no se trata de negar la relevancia y la capacidad de empuje que la cocina de vanguardia ha tenido en los últimos tiempos, sino todo lo contrario. “Hay que reconocer el enorme capital que se ha generado en el circuito de la alta cocina, que es fascinante, pero habría que utilizarlo para iluminar otras áreas y otros actores. Además, históricamente estamos llamados a ser parte de esa transformación emocionante que tiene que ver con ser más justos y equitativos, a la que la mujer tiene que sumarse para apoderarse también de la narrativa”.

Precarización, honestidad y transparencia

De Michelis afirmó que el momento de crisis en el que nos encontramos ha puesto en jaque todos los paradigmas y está agotando nuestras certezas. “Se ha dejado en evidencia la crisis rotunda del sistema alimentario, la ruptura de nuestro vínculo con los alimentos y la estrecha conexión que existe entre la producción a gran escala de alimentos en el mundo y la pandemia. Es una oportunidad única para preguntarnos cómo producimos nuestros alimentos, quién decide lo que comemos, quiénes acceden a qué, qué es comida y qué no lo es y cómo atender desde la comunicación la dimensión ética y política de la comida”.

La periodista argentina definió la gastronomía como un caleidoscopio a través del que se puede hablar de historia, antropología, política, economía… y amor, a pesar de la “precarización rotunda de nuestro oficio y la reducción de las redacciones a su mínima expresión, al tiempo que se está produciendo el furor de las redes y la dependencia de los rankings, como si nuestros jefes fueran los algoritmos”.

Sasha Correa incidió en cómo muchos periodistas, en un intento por sobrevivir, buscan maneras de conseguir ingresos que en ocasiones los llevan a asesorar a un cocinero u organizar un congreso para promocionar a un chef, lo que puede generar confusiones. Lakshmi Aguirre se identificó con este perfil y subrayó que “no se trata tanto del rol que juguemos, sino de lo que hagamos sea honesto”. 

Aguirre hizo también hincapié en la necesidad del compromiso de los periodistas con su profesión y abrir los contenidos a una realidad que es como “un iceberg del que habitualmente solo se nos muestra la punta”. También se mostró optimista a la hora de valorar y utilizar las herramientas que proponen las redes sociales, sin subestimar a los usuarios de plataformas como Instagram o TikTok. “Aunque se trate de fotografías de platos de comida en los que la gente no argumenta nada, ahí hay una pequeña puerta de enganche para que tú, como periodista, trates de contarles otra cosa, porque tienen los ojos abiertos y también podemos aprovechar esa mirada. Creo en la curiosidad de los lectores, espectadores y usuarios de cualquiera de estas herramientas”. Aguirre también argumentó que no es necesario ser periodista gastronómico para contar historias alrededor de la comida, puesto que el acto de comer y producir comida “es algo humano y todos tenemos algo que decir alrededor de eso”.

Hacia el final de la sesión, de Michelis citó a la legendaria periodista gastronómica Ruth Reichl para reafirmar su convicción de que, en cualquier caso, nunca hay que subestimar a quien está al otro lado de una crónica, un artículo, una entrevista, una reseña o una receta: “Hay que dar al lector no solo lo que uno sabe que le va a interesar, sino aquello que no sabía que le podía llegar a interesar”.

Escribir la gastronomía en el siglo XXI

Claves Experto Actualidad Mundo.BCC

28-7-2021

¿El periodismo gastronómico es primero periodismo y después gastronómico? ¿Cómo hacer que un lector se interese por temas de sostenibilidad al mismo nivel que por la receta de una ensaladilla rusa? ¿Hasta qué punto han cambiado las redes sociales el día a día de los redactores? ¿Están preparados los periodistas gastronómicos para abordar temas de corte social que afectan al sector? Estos son algunos de los asuntos en torno a los que giró  la primera mesa redonda de la Jornada de Comunicación organizada por Basque Culinary Center, en la que participaron Pau Arenós, periodista, escritor y coordinador del canal Cata Mayor, Paola Miglio editora de eltrinche.com y colaboradora de distintos medios en temas gastronómicos,  Issa Plancarte, editora gourmet del grupo Expansión en México y directora de MexBest, y Rafa Tonon, periodista, escritor e investigador gastronómico y coordinador del Máster en Comunicación y Periodismo Gastronómico de BCC.

Fue Pau Arenós quien abrió el fuego hablando de las dificultades que hoy en día se encuentra un periodista gastronómico a la hora de convencer a los medios para los que trabaja de la importancia de que tengan un hueco para los temas relacionados con este ámbito y, en el caso de poseer su propio website, encontrar un equilibrio entre los “contenidos alimenticios” que permitan su supervivencia y soporten la publicación de otros textos más relevantes. “Una vez publicamos un reportaje sobre cómo habría que servir a una persona ciega. Tuvo unas lecturas bajísimas, pero lo volvería a publicar cien veces. Sin embargo, si publico un texto sobre una croqueta, una ensaladilla o unas patatas bravas, entran miles de personas. Ese acceso directo a la información hace que se estén beneficiando los contenidos  facilones. Nuestra obligación es no ceder a eso. Tenemos la responsabilidad de publicar no solo lo que el algoritmo va a presentar a los lectores, sino lo que creamos que es interesante”.

En este sentido, Paola Miglio afirmó que encontrar el equilibrio entre temas es algo complejo, pero ella sigue escribiendo reportajes largos, aunque a la gente le cueste leerlos. Frente al cada vez más extendido recurso del clickbait para atraer la atención del lector, confesó que suele apostar por “encender polémicas en torno a temas sociales, escribiendo en las redes cosas que sé que a la gente le van a molestar, lo que los lleva a mi web”.

Por su parte Issa Plancarte defendió para el periodismo gastronómico el modelo que adoptó el director de cine Steven Soderberg, rodando películas taquilleras para la franquicia Ocean’s Eleven que le permitían financiar proyectos más personales y arriesgados. “Yo hago lo mismo. Publico online textos que la gente busca, como la historia de un chef o una receta familiar. Y una vez que entregué los números, ahora déjame hacer lo que quiera”. Según Plancarte, este sistema ha funcionado y en los últimos años gracias a las redes sociales se ha puesto el foco de atención en temas que antes se obviaban o al menos no se investigaban tanto, y citó como ejemplo el escándalo en torno al chef Mario Batali. “Antes no se permitían estas historias. Se hablaba de cómo se hacen las ensaladas, se publicaban críticas de restaurantes y ya. Pero el lector está pidiendo otro tipo de contenidos que le podemos ofrecer”.

Ante esta realidad, Pau Arenós apuntó que quizá alguien acostumbrado a escribir exclusivamente sobre restaurantes y recetas no esté del todo preparado para abordar temas  más complejos y delicados, como el de los abusos y maltratos dentro de la profesión. “No es tan sencillo pasar de escribir una receta a  hacerlo sobre denuncias, es algo muy serio, se destrozan vidas. Hay que tratarlo con gran delicadeza. Hay que darle cobertura, pero ¿quién lo escribe? ¿Cómo se afrontan los temas de abusos y vejaciones en una cocina, que no se pueden tolerar ni un día más?".

Nuevos medios, lectores desconocidos

En cualquier caso, todos convinieron en que realizar un buen reportaje en profundidad requiere la misma ética que cualquier otra área del periodismo, con la consiguiente verificación de hechos y fuentes, además  de tiempo y recursos para quien tenga que escribirlo, lo que cada vez resulta más complicado. Issa Plancarte habló de cómo en la “época dorada se podían hacer viajes y te daban lo que querías. Pero ahora hay cierre de medios, recortes de personal… y hay que trabajar con equipos mínimos y buscar apoyos. Los medios impresos están luchando por sobrevivir y entender la migración a lo digital. Los instagramers e influencers han cambiado para bien y para mal este medio a pasos acelerados. Se trata de acostumbrarse y evolucionar como especie de periodista”.

Paola Miglio añadió que en el nuevo contexto dificulta también las cosas porque el periodista ha de estar atento a varios frentes. “Antes escribías y te leía solo quien compraba el periódico o la revista. Ahora tienes que estar pendiente de quién te leyó, quién te comentó, y tienes que postear en Instagram, en Twitter, en TikTok… Trabajas cuatro veces más, ganas lo mismo y terminas agotado y saturado”.

¿Y cómo han cambiado los lectores en los últimos tiempos? es la pregunta que Rafa Tonon lanzó a sus compañeros de tertulia y a la que Pau Arenós contestó no saber quiénes son los destinatarios de su trabajo. “Tenemos informaciones de que al lector le interesan una serie de contenidos porque tienen un cierto número de entradas, pero no sé quiénes son, qué sueñan, qué piensan… Y aunque haya mucha información a través del Big Data, esos datos sirven para vender, pero nosotros somos periodistas, no publicistas. Yo no quiero vender zapatillas ni botellas de vino, sino contenidos variados y distintos. Si es el SEO o el Big Data el que me tiene que decir lo que tengo que escribir, me voy al huerto a plantar tomates”.

Ante este problema, Paola Miglio se mostró partidaria de motivar desde la educación, introduciendo la formación alimentaria en las escuelas para que la gente empiece desde pequeña a interesarse por estos temas y se cree el hábito de lecturas más profundas. “Y nosotros no debemos cejar en la idea de ofrecer buenos contenidos y contar historias. Uno de los mejores jefes que tuve me dijo: cuenta una historia siempre y engancha a tu lector”.

Chefs y alrededores

Rafael Tonon puso a continuación el foco en cómo el periodismo gastronómico ha tendido a prestar demasiada atención a los chefs, dando por ciertas todas sus afirmaciones. “Si un chef dice que invierte en una fundación o que paga a todos sus empleados muy bien, lo damos por hecho. ¿Cómo podemos hablar de la cultura de un restaurante si no escuchamos a sus equipos y a otras voces?”. Pau Arenós comentó las dificultades que esto implica, porque en muchos casos los miembros del equipo pueden meterse en problemas si cuentan ciertas cosas. “Hay que quedar con ellos de manera clandestina y tener mucho cuidado. Seguramente no podrás nombrarlos, tendrán que quedar en el anonimato. Son elementos difíciles de manejar”. Por su parte Issa Plancarte, defendió que a la hora de escribir el perfil de un cocinero hay que hablar con todos los que le rodean, “con los proveedores, incluso con sus enemigos, para que te digan desde el otro lado de la acera cómo se ve la cosa. Es un trabajo durísimo, pero es ahí donde está la ‘carnita’, donde encuentras las historias de verdad".

Paola Miglio admitió que los propios periodistas “hemos ayudado a alimentar ese mundo mágico en el que el chef nunca se equivoca, es una rock star, un genio…, cuando son personas comunes y corrientes que trabajan como todo el mundo. Hay que empezar a desmitificar ese mundo que se ha creado, y creo que esta pandemia nos ha ayudado a ver que muchos han puesto los pies en la tierra y que todos somos seres humanos, ninguno mejor que otro”. También incidió en la importancia de tocar temas relacionados con la sociología, la agricultura y la política porque “está bien sentarse a comer 45 platos y se puede sacar una crónica linda de eso, pero el periodismo es ver lo que hay detrás, ponerle cara al producto y valorar al productor. Todo comienza en el campo, el mar, los lagos… y si no conoces a quien te da lo que vas a transformar o servir, ¿de qué estamos hablando?”.

Pau Arenós, por su parte, defendió su libertad de elegir los temas de los que quiera escribir. “Si las nuevas voces quieren hablar de productores y del campo, fantástico pero yo reclamo el derecho de hablar de lo que me dé la gana. ¿Ahora no voy a poder hablar de los chefs por que tiene superegos y están proscritos? No me gusta que me digan lo que tengo que hacer. Creo que hay que buscar las cosas que valen la pena contar y hay miles de ellas, honestas, sinceras, apasionantes, maravillosas, dramáticas, difíciles, esperanzadoras… Se trata de contar buenas historias, ya sean sobre el camarero, el pescador, el campesino, la cocinera o el comensal”.

Los niños se comen el futuro junto a Xanty Elías

Actualidad Mundo.BCC Educacion

26-7-2021

El jurado del Basque Culinary World Prize ha decidido distinguir con este galardón en su sexta edición el trabajo del chef onubense Xanty Elías a través de su iniciativa “Los niños se comen el futuro”, que desde 2018 trabaja para incorporar un programa de formación gastronómica en la educación primaria, convencido de la importancia de educar a los más pequeños, que se convertirán en los “consumidores conscientes” del futuro, en los valores de la sostenibilidad, la salud y el respeto a la cultura gastronómica. El programa está activo en unos 80 colegios de Andalucía y en él participan cerca de 15.000 alumnos y alumnas, además de 25 colegios becados de zonas desfavorecidas de la región.

El presidente del jurado y del Consejo Internacional de BCC, Joan Roca, destacó durante la rueda de prensa en la que se anunció el destinatario del galardón el “valor de un cocinero excepcional que trabaja por algo en lo que todos nos sentimos interpelados y que probablemente interpele también a administraciones y gobiernos para que tomen en consideración esa idea de vincular la cocina con la formación general básica de los niños”. Roca habló también del carácter inspirador del proyecto de Xanty Elías, “que se puede realizar en lugares de todo el mundo, adaptándolo a sus culturas, sus herencias culinarias y sus programas formativos”.

Las primeras palabras de Elías tras conocer la noticia fueron de agradecimiento para el equipo de la Fundación Prenauta y de “Los Niños se Comen el Futuro”, así como a los padres y educadores que desde el comienzo apostaron por el proyecto, e hizo hincapié en la importancia de que no se pierda esa transmisión que tradicionalmente se daba de padres y madres a hijos e hijas de la cultura culinaria, influyendo en los niños de entre cinco y doce años, la fase en la que se crea su personalidad y su base de recuerdos y memoria gastronómica. “Para nosotros era fundamental que la gastronomía entrara en los colegios y que se educara desde la complejidad que conllevan las múltiples asignaturas que tiene todo el proyecto para crear no una generación de cocineros, sino de consumidores conscientes”.

Elías comentó que su programa de “Cultura gastronómica” consta de seis asignaturas, una por cada curso de primaria, y para explicar el funcionamiento del tipo de formación transversal a través de recetas por la que apuesta, Elías puso como ejemplo la del gazpacho, con la que los niños pueden formarse en diversas materias. “Aprenden matemáticas contando tomates y pimientos y haciendo operaciones para saber cuánto gazpacho tienen que hacer para cuatro comensales. También practican la letra al aprender a escribir los ingredientes, pueden visitar un huerto y ver cómo crece un tomate y olerlo, también aprender química a través de la fermentación que necesita el pan que va en la receta, aprenden historia y geografía al enterarse de que el tomate vino de Latinoamérica en el siglo XVI…”.

El chef onubense anunció que a partir de septiembre el proyecto se abrirá a nivel nacional y estará presente en todas las comunidades autónomas que quieran participar, adaptando las recetas a las tradiciones culinarias de cada lugar, y recordó que se trata de una iniciativa privada en la que, más allá de la posibilidad de recibir ayudas de instituciones públicas, son los padres, profesores y alumnos los que la hacen viable. “Para nosotros es tremendamente importante crear una serie de herramientas para que el futuro comensal consciente sea el que genere el cambio. Al igual que hemos visto que todas las empresas de coches han empezado a fabricar vehículos eléctricos porque existe una demanda, si todos los clientes son conscientes del alimento que están tomando, las multinacionales de alimentación se pondrán las pilas para cambiar su oferta y poder seguir vendiendo”.

Elías comentó que aún no habían pensado en qué invertirían el dinero del premio. “Nunca lo hemos hecho por dinero, pero casi seguro que lo destinaremos a formar a más niños y sobre todo para crear un tipo de cultura gastronómica que no entienda de clases sociales. Queremos hacer llegar esta formación a todos los colegios que lo necesiten”. También apuntó que este proyecto responde a la filosofía que ha guiado su carrera desde que empezó a cocinar y a trabajar en un sector que, en su opinión, va a renovarse tras la pandemia. “Creo que dejaremos de ser el sector de la hostelería para ser el de la hospitalidad”.

Menciones al trabajo por la equidad, la integración social y el acceso a la comida saludable

Por primera vez desde que se concede este galardón, el jurado decidió otorgar también dos menciones especiales a la brasileña Ana Estrela y a la estadounidense Kia Damon.

A través de proyectos como ORIGENS y Ethnic Cook, Ana Estrela se apoyó en su propia experiencia como inmigrante para trabajar por la integración social y cultural de las personas a través de la gastronomía. Su labor consiste en conseguir que la comida se convierta en hogar y en moneda de cambio para quienes buscan oportunidades en los países a los que se trasladan, donde tienen valiosas tradiciones culinarias que compartir, generando contextos donde esas tradiciones se conozcan y ofreciendo formación y empleo.

Por su parte, Kia Damon se ha significado por su lucha por la equidad y por diversificar los referentes que dan la cara por este sector y visibilizar el talento de grupos normalmente excluidos, impulsando iniciativas como AUXILIO y el trabajo de las mujeres negras y de la comunidad LGBTI en la industria. Elegida por The New York Times como una de las 16 profesionales que más están cambiando la alimentación en Norteamérica, Kia también se dedica a movilizar a su comunidad en torno a las necesidades de lo que se conoce como “desiertos alimentarios”, comunidades por lo general afroamericanas con profundas dificultades para obtener comida saludable. Del mismo modo, participa activamente en debates y ayudas sociales, además de ser una de las editoras de la revista digital Cherry Bomb magazine, centrada en las mujeres de la gastronomía.

Joan Roca señaló que los tres proyectos reconocidos en esta edición están enmarcados “en los valores que en este momento requiere la sociedad, que necesita de esa mirada comprometida que de alguna manera todos quienes se presentan a este premio encarnan”.

Un intruso en la corte del vino

Sobremesas Actualidad Entrevistas TalentoJoven bebidas

21-7-2021

“El peso del vino es tan grande en la gastronomía occidental que al final en los restaurantes a la bebida en general la llamamos vino”

Quien así se expresa es Dani Lasa, director ejecutivo y uno de los fundadores de Ama Brewery, la empresa ubicada en Irun que ha desarrollado una línea de bebidas  de perfil sensorial cuidado y complejo, levemente espumosas y bajas en alcohol a la que han bautizado como Ama pét-nat tea y con la que aspiran a cambiar la percepción que el público en general tiene de las genéricamente denominadas kombuchas (aunque esta no lo es en sentido estricto), hasta ahora interpretadas básicamente como alternativas más saludables a los refrescos tradicionales. Y lo hacen ya desde su imagen: se ofrece en botellas estilizadas de vidrio como las de vino, y se aconseja que sea servida en copas de vino blanco, todo lo cual invita de un solo vistazo a cambiar la forma de consumirla y a sofisticar los rituales asociados a ella. Porque en el fondo, el territorio en el que quiere moverse es el de la mesa y el de las “cartas de vinos” de los restaurantes con el objetivo de ofrecer otras posibilidades de maridaje con sus platos.

“Todo el envoltorio de este tipo de bebidas -comenta Lasa- envasadas en botellas de aspecto medicinal, de formato snack de 30 cl., te está diciendo en qué circunstancias lo tienes que consumir. Nadie hasta ahora había decidido dar el paso hacia otro escenario. Se trata de que una bebida a priori considerada “de culto”, “cool” y saludable, pueda verse como algo elegante y sofisticado. Y es que los procesos que hay en su interior son tan complejos y ricos como los de un vino, un sake o un champán”.

Ama pét-nat tea parte de la elaboración de una kombucha, un té azucarado al que se le añade un clúster de microorganismos (denominado “madre” o SCOBY), lo que provoca una fermentación que hace que la bebida se vuelva algo más sabrosa y tenga un poco de alcohol. Esto suele suceder en los primeros ocho o diez días. A continuación, la bebida se embotella sin filtrarla por completo, de tal modo que también llegan a la botella las bacterias y levaduras y los azúcares que no se han fermentado, con lo que los microorganismos todavía tendrán alimento que consumir y se producirá una segunda fermentación en la que se generará gas, del mismo modo que ocurre, por ejemplo, en el caso del cava. Lo que diferencia a Ama pét-nat tea del resto de bebidas de este estilo es que en lugar de dar por terminado el proceso después de diez o doce días en la botella, se deja envejecer un mínimo de seis meses para que el gas generado, que en principio es muy violento y de burbuja grande, se vaya atomizando y generando burbujas considerablemente más pequeñas para obtener una bebida mucho más fina, llena de matices a nivel organoléptico y de gran calidad.

Dani Lasa emplea la palabra “revelación” para explicar el origen de este proyecto, que tiene su base en el trabajo con las fermentaciones que tanto él como Ramón Perisé, director técnico de Ama Brewery, desarrollaron como chefs en Mugaritz, donde ya habían empezado a ofrecer alternativas de maridaje con sus platos para satisfacer las sugerencias, más o menos directas, de ciertos comensales por motivos de salud o porque en un menú preferían matizar la presencia del vino. “Considerábamos que podíamos satisfacer esas demandas más allá del vino, pero sin comprometer la calidad de la bebida. La revelación fue pensar que, si tratábamos todo el proceso con el mismo cuidado que se pone en un vino, aplicando el mismo nivel de conocimiento y tecnología, podíamos llegar a tener bebidas igual de complejas, ricas, prestigiosas y reconocibles, pero con menor graduación alcohólica. Y a partir de ahí decidimos crear una empresa profesional para estandarizar el proceso y además generar conocimiento, opinión, valor y riqueza en su entorno”. El equipo se completa con Henrietta Lowell, experta en té, el viticultor Sancho Rodríguez, Mariano y Pablo Fernández Soto, analistas científicos, y Gema Serrano trabajando en el control de calidad

Bebidas con terroir

La aproximación a todo el proceso de selección de materias primas y elaboración es similar a la que realizan los enólogos en el mundo del vino, cuyo lenguaje también han “heredado” en cierto modo, ya desde el propio nombre de Ama pét-nat tea, que además de hacer referencia en euskera la “madre” de la kombucha o SCOBY, también lanza un guiño a los vinos naturales ligeramente espumosos denominados “pét-nat” o pétillant naturels. “Nosotros decimos que nuestra bebida es una expresión del terroir, como se hace en el mundo del vino y en el del sake, porque los japoneses también hablan del terroir del agua y de su salinidad. En nuestro caso, después de investigar diferentes tipos de agua, nos decantamos por la del manantial de Alzola. Y en cuanto a los tés, también hay un paralelismo con la uva, porque si hablamos de su origen, de las plantaciones de Satemwa en Malawi, de un jardín de Shizuoka, en Japón, o de la lemongrass de Sri Lanka, en el fondo estamos hablando de gentes, de procesos… y de terroir. Y los diferentes tés afectan mucho a la hora de llevar a cabo la fermentación y dotan de una personalidad muy marcada a cada bebida”.

Hasta la fecha, Ama Brewery comercializa dos variedades, bautizadas con la misma sobriedad que caracteriza a sus etiquetas, Bat y Bi, y ya están preparadas para su lanzamiento otras dos, Hiru y Lau. Tanto la primera como las dos últimas utilizan el té para su elaboración, mientras que Bi se prepara a partir de lemongrass o citronela, lo que, según Lasa, implica una dificultad añadida, puesto que en este caso resulta más complicado controlar la fermentación y su desarrollo. “A nivel sensorial también es muy distinta. Mientras Bat, que se elabora con té verde, es más mineral y salina, Bi ofrece aromas a fruta de la pasión, a limón, a pomelo, a lima…. Consideramos que es una bebida perfecta para un aperitivo o para maridar con un solo plato, mientras que Bat podría emplearse a lo largo de toda una comida. Bi es la variedad que gusta a todo el mundo y que puede servir de introducción a las otras tres, que son más complejas. En cualquier caso, todo esto es muy personal y cada cual encontrará ocasiones y platos completamente distintos para acompañarlos con estas bebidas”, comenta Lasa.

Aunque en España la aceptación de este tipo de bebidas sigue un ritmo bastante lento, Dani Lasa considera que a nivel global se está produciendo una cada vez mayor demanda de las denominadas “NOLO drinks” (de no o low alcohol) en el terreno gastronómico, aunque es consciente de que el peso de la historia, la tradición y la costumbre es difícil de contrarrestar.  “Creo que la gente se está dando cuenta de que hay todo un mundo por descubrir en este campo, se está produciendo un cambio de cultura y hay personas que están adquiriendo nuevos hábitos o que tienen menos prejuicios a la hora de admitir este tipo de opciones. En Estados Unidos se ve de manera muy clara, en parte también porque en muchos estados se está reescribiendo el contexto legal de los productos alimentarios con fines recreativos, como la marihuana, y el alcohol ya no es la única manera de ‘cubrir ese momento’. Y las grandes ciudades en todo el mundo tienen público suficiente para estas propuestas y restaurantes que también las pueden defender”.

El proyecto de Ama Brewery es un ejemplo de cómo el trabajo creativo y de investigación que se lleva a cabo en algunos restaurantes para unos pocos comensales afortunados puede dar el salto a la industria y en cierto modo “democratizarse” y llegar un público mucho más amplio. Y si hay algo que está siendo objeto de investigación por parte de algunos de los chefs más avanzados en los últimos años es el mundo de las fermentaciones. Según Lasa, lo que las hace tan atractivas es, para empezar, la invisibilidad del proceso. “Hay algo fascinante en el hecho de que algo que no ves y que no gobiernas lo transforme todo, lo haga más digerible y saludable, porque también tiene elementos probióticos. Y, además, al romper azúcares y generar ácidos orgánicos se genera sabor, lo que obsesiona a muchos cocineros. Creo que esa cadena de modificaciones de textura, aroma, sabor y aspecto ha hecho que todos estemos de alguna forma interesados en este tipo de transformaciones”.

Ama pét-nat tea se distribuye en países como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Inglaterra, Suiza, Austria, Alemania, Canadá, Portugal o España y puede adquirirse también en su página web.

La escala humana de las cosas

Sobremesas Mundo.BCC

14-7-2021

“El cambio nunca ha sido tan rápido y sin embargo nunca volverá a ser tan lento como ahora”. 

Esta frase la pronunció el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en la reunión del Foro Económico Mundial celebrada en Davos en 2018, para remarcar el inmenso potencial y las enormes oportunidades que la tecnología ha traído a nuestras vidas -desde la máquina de vapor a los ordenadores, pasando por la electricidad-, pero también subrayando cómo todo ese progreso viene siempre acompañado de cambios radicales en términos culturales, sociales y económicos. Centrándose en el panorama actual, en el que estamos asistiendo a un desarrollo cada vez más vertiginoso de la inteligencia artificial y a la automatización total de ciertos trabajos para los que hasta ahora era imprescindible la mano de obra humana, el premier canadiense alertaba a su audiencia de la necesidad de no olvidarse de la gente, de todas esas personas para las que la tecnología quizá puede suponer un beneficio en sus vidas personales, pero también una amenaza para sus puestos laborales. 

Aquellas palabras me han venido a la mente estos días, cuando nos vamos acercando a la celebración del décimo aniversario de Basque Culinary Center, una buena ocasión para volver la vista atrás y reflexionar sobre nuestros inicios y nuestra trayectoria a lo largo de todos estos años. Sin duda el de BCC fue un proyecto innovador y todos los involucrados en él lo hemos ido construyendo siempre mirando hacia adelante  y siendo de alguna manera, también nosotros, partícipes de ese cambio y de esa velocidad de los que hablaba Trudeau. Pero a lo largo de ese camino hemos alcanzado una serie de hitos que no habrían sido posibles sin la consecución de otros logros más pequeños, debidos a la generosidad, el compromiso y la pasión de toda una serie de personas que, desde sus respectivos ámbitos de conocimiento, han trabajado en la sombra para, paso a paso, superar los muchos obstáculos de todo signo que pueden surgir cuando tantas cosas se hacen por primera vez. 

Personas como Juanjo, que en los albores de nuestra andadura nos abrió los ojos con la simple ayuda de una pizarra en la que dibujó un maravilloso esquema conceptual con el que contribuyó a que de repente todo empezase a estar más claro. O Agustín, que después de toda una vida como responsable de edificios de la Escuela Politécnica de Mondragón, se salió de su zona de confort y se apasionó hasta límites inimaginables por el proyecto del que hoy nos alberga, un edificio distinto, singular y complejo, que iba a suponer su último trabajo antes de jubilarse. Recuerdo también a Miren, que apareció para ayudarnos con el diseño académico de lo que iba a constituir el pilar principal de BCC, nuestro Grado en Gastronomía y Artes Culinarias, algo totalmente nuevo que desbordaba nuestras capacidades, por lo que su participación fue capital. O Iñigo, que con su esfuerzo  y creatividad consiguió atraer patrocinios para un tipo de entidad en el que no es habitual tenerlos, vendiéndoles en el fondo la pasión que transmitíamos.

Son solo cuatro ejemplos de los muchos que me vienen a la memoria y que tienen en común esa ilusión que solo se da cuando alguien cree de verdad en lo que hace y considera que va a tener un impacto significativo, lo que nos hace sentirnos útiles y levantarnos cada mañana con ganas de ponernos manos a la obra. Pensando en todo esto me doy cuenta de que, en realidad, cuando contratamos a una persona, no solo compramos su tiempo a cambio de una contraprestación económica, sino que aspiramos a generar una pasión y un compromiso compartidos entre ambas partes, lo que afortunadamente hemos conseguido en muchas ocasiones a lo largo de todos estos años. 

La digitalización, las concentraciones empresariales, la búsqueda de la eficiencia y la productividad a toda costa, la cultura del más y más rápido nos están llevando a perder esa escala humana de las cosas donde anidan el entusiasmo, los valores y las destrezas personales, los detalles que abren caminos insospechados o aportan soluciones a problemas que aparentemente no las tenían y nos permiten seguir avanzando hacia las metas establecidas. Creo que las pequeñas y medianas entidades debemos recoger el guante que lanzaba Trudeau para no olvidarnos de las personas en este mundo de transformaciones cada vez más veloces y ser conscientes de que los grandes cambios se construyen a partir de otros más pequeños, de pasiones compartidas entre seres humanos. La propia existencia de Basque Culinary Center es un buen ejemplo de ello.

Participa en el reto EngAgeing

Innovación

¡Te retamos a conocer tu microbiota! 

Todos hemos oído alguna vez hablar de la flora intestinal o la microflora, pero ¿sabemos realmente qué es la microbiota y para qué sirve? 

#EngAgeing, una iniciativa europea financiada por EIT Food y coordinada por IMDEA Alimentación, con la colaboración de Basque Culinary Center y Universidad Autónoma de Madrid, te reta a conocer más sobre esta importante familia de microorganismos que habita en nuestro cuerpo.

Juega y demuestra cuánto sabes para conseguir un test genético y, así conocer tú predisposición genética para prevenir futuras enfermedades. 

Escanea el siguiente código QR o pincha en el siguiente link para acceder al reto:

https://www.alimentacion.imdea.org/engageing_challenge_1/

Si quieres saber más información sobre el proyecto, puedes consultar en nuestra web.